Según el último libro de Jeffrey Pfeffer, en EEUU, más del 60% de los empleados aseguran que: la ansiedad, el estrés y el síndrome desgaste profesional, los ha enfermado de alguna otra manera. Según las últimas hipótesis y estimaciones, el estrés supone la muerte anual de 120.000 trabajadores estadounidenses y un coste para las empresas de más de 300.000 millones de dólares al año.
“El trabajo está matando a la gente y a nadie le importa” de Jeffrey Pfeffer (Universidad de Stanford).
Sin duda alguna, puede parecer un titular sensacionalista, pero la realidad una vez más supera la ficción. Así de contundente se muestra el profesor Jeffrey Pfeffer de la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford. A esta conclusión llega el profesor, autor de 15 libros trabajando en el cambio, bienestar laboral, desarrollo organizacional y manejo de los recursos humanos. En su último libro “Muriendo por un salario” («Dying for a paycheck») muestra como el sistema actual de contratación laboral y entornos laborales, enferma e incluso termina con la vida de las personas. Como ejemplo, el caso de Kenji Hamada, un japonés oriundo de Tokio que sufrió un ataque al corazón en su escritorio. Hamada trabajaba 75 horas semanales y tardaba unas dos horas en llegar a la oficina.
“El trabajo se ha vuelto inhumano por un lado las empresas, de una manera fundamental, se han desentendido de la responsabilidad que tienen con sus empleados. Estamos perjudicando tanto el rendimiento de la empresa como el bienestar individual. Esto debería ser la llamada precisa para que paremos. Se está haciendo demasiado daño».
¿Dónde estaría la solución entonces frente a esta realidad?
Gobernadores y empleadores serían los primeros en tener que tomar cartas en el asunto. Pero también los empleados deberíamos asumir la responsabilidad de cuidar nuestra salud y evitar el estrés laboral con inteligencia emocional. «Si estás en una sala y esa sala está llena de humo, intentarás salir de ahí, porque las consecuencias para tu salud serán muy severas«, pues lo mismo con un trabajo dañino.
Factores como los efectos psicológicos de pasar demasiadas horas en el trabajo, la inestabilidad económica y laboral y el conflicto de tener que elegir entre ganar dinero o pasar tiempo con la familia, matan a las personas. La habitual excesiva carga de trabajo hace que nuestras ocupaciones laborales se conviertan a menudo en «inhumanas». Es necesario hacer algo para detenerlo, pero no seremos capaces de hacer nada a un nivel individual para mejorar el bienestar laboral. Si quieres resolver el problema de manera sistémica, se requiere una intervención sistémica que debe provenir de algún tipo de regulación. La española Nuria Chinchilla avisaba hace ya tiempo de los riesgos de la falta de tiempo para desconectar, recargar pilas y equilibrar trabajo con vida personal y social.
Puedes acceder a la entrevista íntegra realizada por la BBC.
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